Me dijeron que
les sorprendía esa sonrisa tan radiante, que nunca se borra de mi cara, y
querían saber cuál era mi método para estar tan bien siempre.
Yo sonreí, y me
alejé, mientras mi fueron interno reía a carcajadas al pensar en la ignorancia
de todos aquellos que me rodean. Sí, es cierto eso de que la sonrisa oculta
muchas cosas.
Lo que más duele
de todo es que nadie te mire a los ojos y se de cuenta de que algo pasa, que no
todo va bien. Nunca me ha pasado eso, y dudo que me ocurra. Soy una actriz
perfecta desde que supe el medio para ocultar todo lo que llevo dentro.
He perdido la
cuenta de los testamentos que he enviado a la gente alentándolos, la de halagos
y cosas buenas que he sacado de ellos para que se sientan bien, todo lo que he
me rebajado y el orgullo que me he tragado porque no soporto ver a nadie mal.
Siempre quiero ayudar, siempre quiero alentar, siempre quiero la felicidad de
los demás... Pero ¿qué pasa conmigo?
Alguna vez he
reconocido que no estoy bien y me dicen que ojalá me recupere pronto, o lo
lamentan y me saltan con sus problemas, y yo vuelvo a ocultarlos en el lugar
más recóndito de mi corazón para anteponer lo suyo a lo mío. Siempre he sido
así, y lo seguiré siendo, porque no veo el modo de cambiar, y tampoco hay nadie
que quiere que lo cambie.
Y mientras, una
lucha interna va acrecentándose dentro de mí, y mi conciencia se pregunta dónde
acabará todo esto. Pues no lo sé, sólo sé que todo sigue ahí, aumentando con el
paso de los días, y nadie más lo sabe. Quizás vosotros, mis queridos
desconocidos, que lo leéis, pero nadie más. Lo he abandonado todo, mi blog, mis
ganas de escribir, mi sueño... todo. Y de verdad que me arrepiento de haber
llegado tan lejos.
Encima doy
siempre el paso, hablo a todo el mundo, porque soy de las que habla si tiene
ganas de hablar con alguien sin pensar en nada más. Y encima se atreven a
decirme que no estoy disponible...
La desilusión
tan grande que mi corazón aguarda no tiene cabida en ningún otro sitio, y yo
misma me sorprendo de haber llegado a este punto, de hacer como si nada pasara
y seguir luchando, mientras otros dicen "luchar" y no hacen nada sino
esperar que los demás lo hagan por ellos. O utilizan sus problemas para atraer
a la gente, haciéndose la víctima los tienen a todos atentos, esa supuesta
tristeza la aprovechan para llamar la atención.
Pues bien, yo,
al menos, lucho de verdad, y sigo adelante, porque yo valgo lo suficiente como
para que todo lo demás me afecte. Sólo espero que pase pronto, porque esta
rabia y este dolor ya no están dejando que viva tranquila y en paz, no me dejan
ser feliz. Tenía que soltarlo, porque la desesperación comienza a aflorar en
mí, y no quiero dejar que gane la batalla.
No esta vez.
